El deseo sexual durante el embarazo y después del parto
Aceptar y comprender que la llegada de un hijo nos cambia la vida también es un buen puntapié para desafiarte a vos misma cada día como mujer. Porque lo que ayer funcionaba en la intimidad con tu pareja, mañana quizás ya no. Lo que les permitía estar en la misma sintonía sexual hace un año atrás, hoy se reedita. Y es en esa búsqueda constante, donde la paciencia, los tiempos de ambos, el cansancio y el amor de ambos se ponen en juego.
Uno de los grandes mitos en torno al deseo sexual es que debe ser espontáneo, natural, surgir inmediatamente de las entrañas de la relación y reivindicar automáticamente cada día su presencia, sin que sea necesario ayudarlo a que aparezca en escena. Y lo cierto es que el mito de la espontaneidad del deseo sexual es tristemente destructivo para las parejas. Nos quedamos esperando a que el otro tome la iniciativa, sin proponer, sin jugar, sin planificar. Y así es como comienza a desaparecer frente a nuestros ojos. La esperanza de que el deseo y la pasión que se perdieron puedan volver sin hacer nada al respecto realmente es lo que aleja para toda la vida a dos que se aman, convirtiéndolos en hermanos...en amigos. Les sugiero algunas técnicas para poner en práctica en casa:
Aceptar: Las cosas cambiaron. Las noches estarán llenas de pañales, mamaderas y
canciones de cuna en horarios donde antes había sexo desenfrenado. Entenderlo y recorrer este camino con mucho amor es parte de este proceso.
Jugar: no todo en el sexo es penetración, pueden darse sexo oral, darse un baño
sensual juntos, enviarse mensajes calientes o buscar momentos para besarse apasionadamente y franelear como novios bajo las sábanas.
Volver a ser pareja. El puerperio, la cuarentena y el cansancio propio del posparto y
los primeros meses del bebé en casa implican un agotamiento que deja poco margen al placer. Por eso hay que poner el foco en lo que si se puede hacer, y sacarlo de la relación sexual en sí. Mimos, caricias, una buena charla, ver una película juntos, recuperar los momentos posibles para los dos y evitar las presiones en torno a volver a tener relaciones sexuales favorecerá el encuentro íntimo cuando suceda. No es necesaria una relación sexual completa con penetración, este es un momento sensible para ambos y la imaginación, el tacto y las caricias van a ser sus aliados. Darse un baño juntos, acariciarse, mimarse y abrazarse son claves que les permitirán ir encontrando el momento adecuado para retomar las relaciones sexuales. Cuidar a un bebé recién nacido implica un agotamiento extremo pero hablar al respecto, explicar las razones de cada uno, entenderse y respetarse es fundamental para una relación satisfactoria y placentera en todo sentido.
No esperar: La baja del deseo sexual no se soluciona con el tiempo, al contrario,
tiende a empeorar si no se consulta a un sexólogo. Los tratamientos suelen ser breves, totalmente exitosos y destinados específicamente a recuperar los espacios que el bebé, el cansancio, las responsabilidades y los cambios en la pareja conllevan. Las consultas son muy eficaces para volver a tener una vida sexual plena y feliz!
Lic. Mariana Kersz
Psicóloga y Sexóloga Hola@ClinicaDeParejas.com
Comentarios