Un amor normal, natural, y muy, muy saludable
El amor en la tercera edad es normal, natural y muy saludable. La vejez no tiene por qué implicar el final de las expresiones de cariño y sexualidad, sino por el contrario, puede ser el inicio de una nueva manera de relacionarse. Somos humanos, y podemos amar, acompañar y sentir hasta el último instante de nuestras vidas. El amor funciona así: nos acompaña, nos alimenta y nos sostiene día a día.
Cualquier persona puede vivir su última etapa de vida gracias al valor que nos da el amor, cultivarlo en la tercera edad es un verdadero regalo: no existe algo mejor para vivir feliz que la ilusión que aporta el amor.
Sabes lo que dicen respecto al contenido: es el Rey. Así que cuánto más diverso y más voces sumes al tema; es más posible crear una comunidad con opiniones.
¿Por qué el amor en la tercera edad habría de dejar de existir? Esto es un mito, una creencia basada en la suposición de que al llegar a la tercera edad todo cambia y se detiene. Sin embargo muchos estudios demuestran que, por el contrario, los mayores que disfrutan de una vida sentimental plena tienen mejores resultados en su salud física y mental, además de una mejor calidad de vida, independientemente de sus problemas de salud propios de la edad.
Besos, abrazos, caricias siguen siendo parte escencial del amor en la vejez. Saberse querido y poder querer al otro es algo que va mucho más allá de la edad. La relación de amor en pareja se transforma en parte fundamental de la vida en las personas mayores. La clave está en aceptar. Aceptar las arrugas, el cuerpo que ya no es el mismo, la textura de la piel, la sordera...aceptar, sin más.
Así, el amor en la vejez es más tranquilo, reflexivo, lejos de la pasión de la juventud, y que con mucha frecuencia se convierte en compañía, ya que el cuerpo no responde de la manera que lo hacía años atrás.
En muchas personas de la 3ra edad, surgen cambios muy importantes cuando llega la jubilación. Al hombre jubilado le es mas difícil reencontrarse en el hogar, y en muchas ocasiones se encuentra solo y sin saber qué hacer en la casa. Por el contrario, habitualmente la mujer jubilada continúa su rol doméstico que antes compartía con el laboral (cuidar de los hijos, hacer la comida, limpiar la casa, etc) y toma la jubilación como algo más natural, aunque pase a estar más tiempo en la casa. En estos casos surgen muchas discusiones de pareja ya que se reencuentran en la vejez dos personas que durante sus años laborales activos estuvieron muchas horas fuera de casa, y el momento de verse era durante algunas horas en la tarde-noche. Este reencuentro con la pareja suele ser el reencuentro, muchas veces, con alguien que es muy ajeno, que no sabe de los tiempos de la casa, o que desconoce por completo los horarios de organización del día a día.
Es todo un esfuerzo para ambos miembros de la pareja el reencontrarse nuevamente y poder estar juntos, evitar conflictos y hacer que las cosas funcionen para los dos, acompañandose en este tramo del camino.
Algunos conflictos por los que se consulta habitualmente en Clínica de Parejas respecto al amor en la tercera edad, son:
Los hijos que se oponen a que sus padres comiencen una nueva relación, incluso cuando han quedado viudo/as hace muchos años.
Dificultades para mantener relaciones sexuales
Dificultad para aceptar a la familia de la nueva pareja
Mayor temor a lo desconocido
Mayor limitación física y psíquica
Preocupación por la salud
Fallecimiento de sus amigos y familiares de edad similar
Malestar económico que no permite acceder al nivel de vida al que se desea llevar a la pareja.
En general, las personas mayores manifiestan una gran predisposición a emparejarse, principalmente aludiendo a motivos simples y reales:
El deseo de compañía
La libertad y el tiempo libre que tienen al no tener que estar pendientes de preocupaciones y horarios laborales
La mayor cantidad de experiencias de vida dado el recorrido de la edad.
Es destacable también que en la Clínica de Parejas hemos observado que las relaciones entre personas de la misma edad están mejor consideradas y son mejor aceptadas por la familia que las relaciones establecidas entre personas de diferentes edades. Notamos también diferencias en cuanto al género: la familia acepta mejor que sea un hombre mayor quien tenga una relación con una mujer más joven, a que una mujer tenga relación con alguien más joven.
A veces es también la enfermedad quien pone un freno a las nuevas relaciones en la vejez: los problemas cardiovasculares y articulares, los efectos secundarios de algunos medicamentos, etc. generan dificultades para establecer relaciones. Aun así podemos pensar que a veces, estos “achaques” pueden ser el desencadenante de la búsqueda de una relación, no quedarse solo, estar acompañado, ser cuidado mientras se cuida al otro, evitar la soledad, etc.
Una vez establecida la relación de afecto, o en paralelo a la misma, surge el deseo sexual, al igual que en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, en la práctica, por más tiempo libre del que se disponga, llevar a la práctica una relación sexual es muy diferente a los 78 años que a los 30. Las relaciones sexuales en la tercera edad son más espaciadas, más lentas, tienen otros tiempos ya que el cuerpo no reacciona de la misma manera.
Algunas características propias a la sexualidad en la 3ra edad
Hacia los 70 años hay mayor dificultad para eyacular y disminuye la cantidad de semen
El placer no se modifica, aunque hay mayor falta de concentración
La sensibilidad del pene disminuye con los años
Alargamiento del juego previo: se necesita más tiempo de estímulos: más caricias, más abrazos, más besos.
"La vejez da una nueva oportunidad de explorar la sexualidad y encontrar nuevas formas de dar y recibir placer"
En Clínica de Parejas trabajamos sabiendo que no son sólo los jóvenes los que pueden amar. El amor en la tercera edad es un amor de protección, calidez y compañía. Es una necesidad de cuidados mutuos y recíprocos, un volver a nacer en los años en que la libertad personal regresó al nido. Los hijos ya se fueron… y el tiempo está más disponible para disfrutarlo. Muchos geriátricos incluso, facilitan el desarrollo de estas nuevas relaciones, habilitando habitaciones comunes a las parejas que deciden dar el paso de “vivir juntos”. Porque las personas mayores son tan capaces como las de otras edades de sentir y dar amor y placer.
Consultanos acerca del amor en la tercera edad.
Lic. Mariana Kersz
Psicóloga y Sexóloga
Hola@ClinicaDeParejas.com
Tel.: (011) 2000-1730
コメント