Muchas gracias a la Revista Elle Argentina!
Hablamos acerca de uno de los temas de consulta que más preocupan después de las vacaciones. Cuando nos vamos de viaje con amigos todo puede resultar genial y salir tal como lo planeado o...¡caótico e inesperado!
En esta nota para Elle Argentina te cuento qué es lo que pasa cuando organizamos un viaje con amigos y de qué manera tomar algunos recaudos para que un viaje con nuestros amigos de toda la vida no se convierta en una pesadilla que los separe.
Podés leer la nota acá: https://elle.clarin.com/lifestyle/viajes/vacaciones-amigos-no/ y también a continuación:
Vacaciones con amigos, ¿sí o no?
Compartir ese tiempo que esperamos todo el año es siempre una experiencia memorable. De esas que vas a recordar con nostalgia ¡quizá algunos años más tarde! Claves para que ese viaje soñado no se convierta en pesadilla. POR DANA PASCAL
Cualquiera que haya viajado en grupo sabe que puede ser un paraíso o un infierno. Salir de vacaciones con amigos suena a una de las mejores experiencias de la vida, y tiene muchas chances de ser así. Recuerdos compartidos, complicidades, anécdotas para rememorar durante décadas. Sin embargo, todo puede torcerse y algo que debería ser un sueño realizado de pronto se podría convertir en las peores vacaciones de tu vida.
Por eso, a la hora de planear el descanso del año, es necesario preguntarse si vale la pena compartir o es mejor irse sin más acompañantes que la propia sombra. “Las vacaciones en familia son algo que tiene que suceder eventualmente, sobre todo si hay hijos, y a veces los adultos creen que porque pudieron planear eso con mediano éxito están listos para salir en grupo, que no puede ser tan difícil. Pero no es así: son cosas abismalmente distintas”, advierte Laura Gobernoff, licenciada en Turismo. La convivencia, incluso con los mejores amigos, puede develar las más oscuras miserias de esa persona que se creía conocer. “Yo no sabía que una de mis amigas era caótica hasta que nos fuimos juntas a la costa. Alquilamos un departamento con espacio suficiente y todo funcionaba bien para dormir, cocinar, comer, pero el baño… el baño era la zona de conflicto”, cuenta Mariana, de 25, que estudia arquitectura y se fue el verano pasado con cuatro compañeras de la facultad a Pinamar. “La ducha se inundaba porque había siempre una bola de pelos. ¡Era un asco! Como todas somos castañas y de pelo largo no podíamos saber quién era la culpable y ninguna confesaba. ¡Pero seguía pasando!”, cuenta ahora entre risas, aunque confiesa que en el momento fue motivo de varias peleas y acusaciones. “En el consultorio muchas veces llegan con lo que ya pasó, lo que dejó las vacaciones con amigos. Para evitar sorpresas, reproches y dolores de cabeza, es importante ponerse de acuerdo con las personas que van a compartir el viaje. Más allá de tener una organización, lo ideal es dejarse llevar, permitirse y atreverse a otras cosas. Pero no hacer aquello con lo que no me voy a sentir bien, no forzarlo, no negociar para quedar bien con los demás”, dice Mariana Kersz, psicóloga y experta en clínica de pareja.
¿Viajar es un placer?
Cuando se decide ir en grupo es necesario organizar muchas cosas. Hay personas que tienden a liderar y hay otras que se relajan. Lorena es veterinaria, tiene 34 años y se fue con sus amigas de toda la vida a un crucero porque –hijos, matrimonios y carreras mediante– hacía mucho que no estaban todas juntas y solas. “Fue genial” –dice– pero no volvería a hacerlo de ese modo.”
Ella se encargó, en principio, de las reservas, averiguar qué ropa tenían que llevar, cuál era la documentación que hacía falta y el resto de los etcéteras operativos. Después, en el grupo se dio casi naturalmente que todas le preguntaran todo. “Hasta a qué hora era el desayuno y qué había para cenar”, se queja ahora. Pero en el momento se calló. Y así fue que pasó 10 días trabajando de asistente de su banda. “Al ir en grupo se hacen cosas en conjunto, por eso muchas veces lo mejor es tener un fondo común para los gastos generales. Eso implica que alguien guarde el dinero y lleve las cuentas. También, hay que organizar turnos para usar el baño o decidir a dónde ir. No siempre todo el grupo está a la vez a la misma hora”, explica Gobernoff, que igual aclara que todo eso tiene solución: “Por suerte, existe la tecnología y se la puede poner al servicio”.
Al momento de contabilizar el dinero y pagar los gastos de forma clara existen aplicaciones para smartphones exclusivas para eso. Y son gratuitas. Entre otras, está por ejemplo Money Lover, en la que se pueden fijar límites de presupuesto y hasta hacer transferencias bancarias. Con respecto a la coordinación, lo más fácil es armar un grupo de WhatsApp. Y nadie podrá decir que no se enteró de algo. Elegir a los compañeros de viaje es una de las cosas más importantes a resolver para que todo salga bien. Una decisión que no hay que dejar librada al azar es si va a haber parejas o no. “Lo recomendable es que el grupo sea heterogéneo, comparta expectativas y dinámicas. Si no, va a costar mucho ponerse de acuerdo en normas de convivencia y actividades”, recomienda Gobernoff.
Carolina, de 29, está de novia con Fernando hace una década y comparten muchos amigos. A los dos les gusta irse de vacaciones en grupo, pero desde hace rato decidieron que lo mejor es ir en pareja o con amigos, pero “nunca más todo mezclado”, dice la chica. Ahora, ella está planeando ir a Machu Picchu con sus ex compañeras del secundario y él a una quinta con sus amigos del barrio.“Que el grupo sea mixto no es problema, incluso puede estar bueno. Lo que no funciona, y comprobamos con mi novio en nuestra primera y única experiencia de ir de viaje juntos y con amigos, es si hay parejas y solteros”, cuenta Carolina, que entre los problemas enumera: “Querés salir como todos y no da, o querés estar un rato a solas con tu novio y no hay cómo lograrlo. Al final odiás al resto y el resto te odia a vos”.
Hasta la vista, baby
“Las claves para ir con amigos felizmente son la organización, la flexibilidad y la comunicación”, dice la licenciada Gobernoff, que recomienda fijarse en las opciones de las agencias de viajes, porque hay muchas que se especializan en organizar viajes en grupos. Mientras que Jorge Gobbi, consultor en turismo, docente en UBA y blogger de viajes, enumera que “lo principal es ponerse de acuerdo en los destinos a visitar, las posibilidades económicas similares, que cada uno pueda hacer cosas por las suyas para no aburrirse de estar todo el día juntos y que nadie del grupo se levante todos los días de mal humor, cuidar comidas y rutinas para no afectar al resto”.
A pesar de los misteriosos pelos en la ducha, Mariana asegura que va a volver de vacaciones con sus amigas. “Los viajes abren la mente, y la posibilidad de compartir esa experiencia con tu gente querida no tiene precio, te hace crecer en el vínculo y se enriquece no solo cada persona, sino el grupo”. Lorena, aunque terminó el crucero más cansada que relajada por encargarse de todo, también tiene saldo positivo: “Aprendí un montón, y entendí que no es culpa de mis amigas que yo haya hecho todo. A veces hay que saber decir que no, y también correrse, dejar que otros se encarguen. Mi descubrimiento fue que me cuesta confiar y delegar, no que ellas sean unas vagas. Así que para la próxima, que va a haber, todo va a salir mejor, porque vamos a compartir experiencias, y yo voy a descansar”.
Carolina y Fernando alternan viajes. Una vez se van juntos, a puro romance, y a la siguiente en banda, con amigos y amigas, por separado. “Nos sirve también para extrañarnos, y está buenísimo volver y contarle al otro las aventuras del viaje”, dice ella.
¿VALE LA PENA IR JUNTOS? Sí, pero tomando una serie de medidas 1. Si una reunión con el grupo se está irritando, lo mejor es salir a tomar aire para romper la inercia negativa. 2. No esperar milagros. El supuesto relax de las vacaciones no es la panacea para resolver problemas. 3. No excedernos. Descontrolarse con la bebida, la comida o las horas de sueño para liberarse de la tensión acumulada sólo sirve para propiciar otro tipo de fatiga que no facilita la recuperación. 4. No compararnos con otros. Tendemos a idealizar cómo viven y descansan las familias “perfectas”, pero no existe tal cosa. 5. Una buena política es dar tiempo libre a los miembros del grupo ya que no todos tienen los mismos gustos. Las vacaciones perfectas serán aquellas sin agendas que nos estresen de antemano.
Cuándo NO
● Quizá sea tu mejor amiga. Pero entre los maridos no hay onda. O los chicos de ambos no se llevan bien. ¡Analizá antes de organizar el viaje! ● Unos son obsesivos y otros no saben en qué día viven. La clave es tener un equilibrio. ● Los relajados que siempre hay que esperar a pesar de haber pactado hora de encuentro. Esperás en el auto porque “no se dieron cuenta y se les pasó la hora”. Como si fuese poco, uno de ellos se instala en el baño y ¡como si estuviese solo! ”Porque nunca se dan cuenta de que los chicos tienen hambre y ¡les toca a ellos preparar el almuerzo! ● Porque aunque llevaron sus protectores, cremas y champú, prefieren usar el tuyo, “porque el mío es muy grasoso”. ● Porque donde hay afecto también surgen conflictos. ● Porque es una lástima perder una amistad de toda la vida por 15 días de vacaciones. (Ken Duckworth, psiquiatra y profesor de Harvard)
Lic. Mariana Kersz
Psicóloga y Sexóloga
Hola@ClinicaDeParejas.com https://www.instagram.com/clinicadeparejas/
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