top of page
Foto del escritorLic. Mariana Kersz

Millenials y el Deseo - Diario Clarín

¿Falta deseo sexual en las nuevas generaciones?

Lic Mariana Kersz - Diario Clarin

El deseo sexual es pensado y aprendido como algo que debe ser espontáneo, natural, que nos pasa a todos y que a lo largo de toda la vida se mantiene relativamente en las mismas condiciones. Sin embargo, la realidad es que el deseo fluctúa a lo largo de toda la vida, es vulnerable a las diferentes crisis vitales (el nacimiento de un hijo, una mudanza, una pérdida), a factores orgánicos (como desbalances hormonales o enfermedades) y no hay nada de espontáneo y natural, por el contrario, el deseo sexual disminuye si no se lo activa regularmente. Cuando el deseo sexual es pensado como una exigencia, tenemos que pensar en qué es lo que está pasando para poder encontrar las respuestas adecuadas que ayuden a resolverlo.


Entender el estilo de vida de los jóvenes millenials nos permie acercarnos a comprender por qué ellos tienen menos actividad sexual que la que tenían sus propios padres a la misma edad. Lo cierto es que estamos ante una generación hiperconectada pero poco o mal comunicada, con grandes deficiencias para el encuentro cara a cara. Una generación que logra a la perfección conectarse literalmente con la otra punta del globo terraqueo en cuestión de segundos, porque nunca en la historia de la Humanidad estuvimos tan conectados como hoy, pero tan lejos en el uno a uno en persona. Así, estos jóvenes que prácticamente desde que nacen son adocrinados para estudiar inglés, tener altas exigencias laborales, elevados standards profesionales y con una clara demanda de obligaciones y compromisos, deja poco espacio para la satisfacción del deseo y la libertad de explorar sus propios placeres. Este sentido de la inmediatez, del todo-ya, y de los bajos niveles de tolerancia a la frustración generan casi como consecuencia necesaria una gran dificultad para vincularse y relacionarse emocionalmente, es decir, una apatía sexual que hunde sus raíces, probablemente, en estos modelos de educación sexual (probablemente la única que recibieron), más relacionada con la higiene sexual y con la salud sexual: prevención de enfermedades de transmisión sexual, utilización de preservativos y evitación de conductas de riesgo, etc, en vez de poner el foco en los beneficios de una sexualidad positiva, saludable y la mirada puesta en los valores y el cuidado del propio cuerpo y del ajeno. Esto, sumado a la presencia del porno en sus vidas, situación a la que muchos se acostumbran desde los inicios de su sexualidad, adoptando el celular y wifi como parte de su día a día, inclusive antes, durante y en medio de su sexualidad, esto genera también un cumulo de mala información y mala educación sexual, donde la mujer no solo es cosificada sino que se muestran modelos de vinculación que nada tienen que ver con el día a día o con la realidad que viven las parejas reales. Justamente esta generación de chicos y chicas hiperconectados, aprenden a normalizar el porno como una realidad viable y posible, generando como consecuencia una imagen erronea de lo que se puede esperar y de lo que no es factible en relación a cada encuentro sexual.


Del mismo modo pensamos en las apps de encuentros, como Happn o Tinder, que son aplicaciones donde justamente la mirada está puesta en generar vínculos y relacionarse, pero termina siendo un muestreo donde filtrar desde la superficialidad de la imagen (nada menos) a quien darle like...y a quien evitar. Esta hiperconexión, este espacio de tanta inmediatez y de liquidez en los vínculos genera a la vez poco espacio para la intimidad. ¿Para qué relacionarme con una sola persona cara a cara si puedo hacerla con miles a la vez? ¿cómo hago para pasar al plano real y generar una charla tan interesante como en el plano virtual? Estas son solo algunas de las preguntas que se hacen los Millenials, y que probablemente hacen que dejen de lado el deseo sexual; un poco por desconocimiento, otro poco por comodidad, y otro poco por tener la mente en múltiples actividades, obligaciones y responsabilidades que dejan un limitado espacio para el goce propio y ajeno.


Definitivamente dejar de tener relaciones sexuales y tener una baja en el deseo sexual es permitir dejar de lado un aspecto escencial de nuestra salud. Del mismo modo que el deseo fue tomando otro tinte, los romances e infidelidades, los desengaños y la pasión han mutado ahora, se intenta en las redes sociales el match perfecto, el príncipe azul o la princesa de los cuentos de hadas: perfectos, idealizados, sin errores y sin demasiada humanidad desperfecta al alcance de la mano. Hombres y mujeres que sueñan y creen fervientemente haber encontrado al amor de sus vidas en tierras virtuales, sin conocerse aun, pero elegidos en ese gran catálogo online que nos ofrecen las redes sociales. Dicho esto, ¿las redes sociales facilitan o complican la vida amorosa? es díficil de decir, pero definitivamente es un hecho que han cambiado.



Lic. Mariana Kersz

Psicóloga y Sexóloga

Directora de ClinicaDeParejas.com

@clinicadeparejas


65 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page